Atentados en Barranquilla: ¿jefes criminales piden pista en la “paz total” de Gustavo Petro?
Con la extorsión y asesinato de conductores, los cabecillas “buscan hacerse sentir”.
La Picota de Bogotá es la cuarta prisión que pisa Ober Ricardo Martínez Gutiérrez, el reconocido jefe de los ‘Rastrojos costeños’.
Aunque la causa de los traslados, en todas las ocasiones, fue su incesante actividad criminal, los atentados que presuntamente ordenó en julio pasado contra los conductores de buses de la ciudad de Barranquilla, tendrían para alias ‘el Negro Ober’ una motivación especial: hacerse sentir para pedir pista en “la paz total” que ha ofrecido el Presidente electo Gustavo Petro.
Así lo dieron a conocer las autoridades a partir de la interceptación de llamadas e incautación de los equipos móviles que mantenía irregularmente en su celda.
El ‘Negro Ober’ fue capturado el 1 de octubre de 2021 en Melgar, Tolima, mientras se encontraba huyendo de las autoridades del Atlántico, que ofrecían una recompensa de 100 millones de pesos a quien diera información sobre su paradero.
Para entonces había quedado como único cabecilla de la organización criminal ‘Los Rastrojos Costeños’, tras la muerte en operativo policial de Víctor Carlos Pérez de Alba, alias ‘La máquina del mal’.
En ese momento se le atribuían los delitos de extorsión, tráfico de estupefacientes y tráfico y porte de armas, así como el presunto homicidio de Ender Javier Vallejo García y la tentativa de homicidio a vendedoras de chance en Cartagena y Barranquilla.
Las autoridades tuvieron que trasladarlo de reclusorios varias veces, porque a pesar de la vigilancia del INPEC seguía ordenando crímenes.
De la Modelo, prisión inicial, fue reubicado a la cárcel de El Barne, porque se le encontraron dos teléfonos celulares desde los cuales extorsionaba y fraguaba atentados contra las líneas de transporte público de Barranquilla y el Área Metropolitana, aparentemente su actividad favorita.
Desde allí no sólo habría ordenado atentar contra una compraventa y una distribuidora de verduras, porque no querían “pagar” la vacuna a la organización, sino el presunto asesinato y descuartizamiento de Ángelo Aldair Cerra Jaimes, de 34 años de edad.
Los hechos se produjeron entre el 5 y 6 de junio en la azotea de un hotel de Barranquilla, y los restos fueron arrojados en los barrios Galán, Laureles y Las Cayenas.
Por esa razón fue trasladado a una 'celda fría' en la prisión de alta seguridad de Cómbita, donde habían estado presos famosos como los líderes del Cartel de Cali, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela; el jefe de sicarios de Pablo Escobar, John Jairo Velásquez, alias 'Popeye'; el paramilitar y gerente de la Oficina de Envigado, Diego Fernando Murillo, alias 'don Berna', y el cabecilla del Cartel del Norte del Valle, Luis Hernando Gómez, alias 'Rasguño'.
De la peligrosidad del delincuente tuvieron conocimiento el Juez de Control de Garantías José Sastoque y el Fiscal 11 Rodrigo Restrepo, el mismo día de la formulación de imputación por el caso de Cerra Jaimes, que podría conducirlo a una pena de 60 años de cárcel. Ese día la organización se hizo sentir.
A través del chat de la propia diligencia virtual, en la que también participaba Jesús Armando Olivares Guzmán, alias ‘Comandante 07’, un miembro de los ‘Rastrojos costeños’ declaró objetivo militar al juez y al fiscal “por negarle el uso de la palabra a nuestro máximo líder”. Y para que entendieran la gravedad de la declaración, a continuación escribió: “sabemos que el señor juez es oriundo de Santa Marta, vive en el barrio Bavaria y pernocta permanentemente en la zona de plaza del Parque en Barranquilla”.
Se suponía que en Cómbita estaría completamente aislado, pero fue en esta cárcel donde planeó aparentemente los asesinatos de conductores en Barranquilla.
Los transportadores de la ciudad, en efecto, dijeron haber recibido llamadas directas de él a través de cuatro líneas telefónicas.
Cuando los funcionarios de la Policía y el INPEC allanaron la celda, ‘el Negro Ober’ lanzó contra el piso el movil que usaba. Sin embargo, no quedó destruido por completo y se pudo recuperar la información.
Como iba a ser condenado a 60 años de cárcel, lo que a su edad significaba cadena perpetua, la única opción que le quedaba era someterse al proceso de “paz total” del Presidente electo. Y para ello, necesitaba “mostrar los dientes”, como ya lo habían hecho sus archienemigos del ‘Clan del Golfo’.
La macabra estrategia consistía en atentar contra la vida de las personas para obtener a cambio las rebajas de penas, indultos, amnistías o libertades que pudiera cobijarlo a él y otros cabecillas como 'Tommy Masacre'.
En este son, ya se ha llevado la vida de tres conductores.